El FBI trata de conseguir mediante una oferta
pública
una aplicación para teléfonos inteligentes que permita grabar audio y
vídeo de forma encubierta, almacenar los datos localmente, mandar
automáticamente los datos a la oficina central del FBI, mandar
grabaciones en vivo a otros agentes del FBI y mostrar la ubicación GPS
del «usuario».
El apéndice
del «Audio Recorder Technical Requirements» (así ha llamado el FBI a la
aplicación espía) describe dos escenarios en los que el FBI podría usar
la aplicación:
«Para el primer escenario, la aplicación estaría precargada en el
teléfono y funcionaría de forma oculta. Cuando la aplicación esté
activa, la persona que controle el escenario será capaz de permitir la
grabación remotamente. La grabación se almacenará en el teléfono, y
simultáneamente el audio en directo será enviado (a través de la red
móvil) a un servidor del Gobierno ubicado en Quantico, Virginia. El
almacenamiento y la transferencia de datos ocurrirá automáticamente
sin ninguna acción por parte del usuario».
Al final del informe, el FBI dice que también quiere que la aplicación
sea capaz de hacer grabaciones de vídeo ocultas.
El sistema permitirá a los agentes «enviar el audio, vídeo y/o datos GPS
sin almacenarlos en el teléfono o en el servidor». Más importante aún,
«mientras esté en el modo de grabación de audio en directo, el teléfono
que esté siendo usado como una grabadora oculta deberá tener un medio
para ocultar su actividad. El fabricante puede implementar esto como una
aplicación falsa o una aplicación oculta que requiera una entrada
estándar (como un patrón de toques o arrastres) para hacerla visible, o
cualquier otro método a su elección».