La red Tor no solo proporciona privacidad, sino que reduce los costes y hace que tu web sea más resistente a la censura. ¿Por qué?
En la Web necesitas pagar por un dominio. Ese dominio puede ser censurado por las autoridades fácilmente si consideran que realizas alguna actividad ilegal o si te encuentras en un país sin libertad de expresión. Por el contrario, en la red Tor no tienes que pagar para que una autoridad centralizada asigne una dirección IP a tu dominio1 ni corres el riesgo de que censuren tu sitio web, pues no pueden averiguar dónde se encuentra el servidor ni tumbar el dominio.
Tor protege a los administradores web y a los usuarios porque proporciona privacidad y evita que el Gobierno amenace a empresas e instituciones para hacer cumplir la ley. Cuando publicas en la Web estás a merced el Gobierno.
Cada vez existen más leyes que obligan a identificar a los usuarios de Internet. Esta identificación hace que la superficie de ataque se amplíe. Cuantas menos veces tengas que identificarte, más protegido estarás de jáqueres, de gobiernos tiranos... Serás invisible.
Sin embargo, existe un problema: en la red Tor tienes menos visibilidad. Aunque existen buscadores para la red Tor, la mayoría de la población desconoce su existencia y usa servicios centralizados que no proporcionan privacidad. Mucha gente sigue pensando que la red Tor es solo para traficantes de droga y pedófilos. Debemos normalizar la privacidad y escapar en la medida de lo posible de la estructura de vigilancia centralizada que es el Internet actual. La red Tor es una herramienta útil para este fin, pero hay muchas más.
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De esto se encarga la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números. ↩
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