A los bancos les encanta venderte tarjetas. No caigas en la trampa: pagar con tarjeta entraña un montón de peligros y costes extra.
Siempre gastarás más
Numerosos estudios1 muestran que la gente que paga con tarjeta gasta más. Cuando pagas en efectivo, ves el dinero que vas a gastar con tus propios ojos y consumes de forma menos impulsiva. Con tarjeta, por otro lado, la cantidad que gastas queda en segundo plano; no tienes que contar billetes ni pensar en cuánto dinero te queda en la cartera, simplemente pasas la tarjeta sin pensar.
A eso hay que sumarle lo que cobran los bancos por usar tarjetas y las comisiones cuando pagas a crédito.
Falta de privacidad
Los bancos venden tu información financiera a otras empresas. Aunque no lo hicieran, muchos banqueros y empresas de informática pueden ver tu actividad financiera. Cuando compras con tarjeta, los datos de la compra como la hora del pago, el producto o la cantidad dejan de ser privados.
Esos datos pueden ser usados para saber qué porcentaje de tus ingresos gastas en comida, en ocio, en drogas, etc. Si tienes una empresa, esos datos pueden ser comprados o jaqueados, llegando a manos de la competencia, que los podrá usar para vencerte en una guerra de precios, por ejemplo.
Te pueden dejar con el culo al aire
A diferencia del dinero en efectivo, que no puede ser controlado remotamente, las tarjetas pueden ser desactivadas o bloqueadas por los bancos en cualquier momento. Además, si no hay electricidad ni Internet, no puedes pagar.
Todo el mundo paga más impuestos
Los negocios que aceptan pagos con tarjeta no pueden ocultárselos al gobierno. Así pues, acaban pagando más impuestos, que serán usados para financiar guerras u otro tipo de políticas impopulares. Cuando pagas con tarjeta, haces que el banco y el gobierno ganen poder y tú lo pierdas.
Conclusión
Las tarjetas te dejan más pobre, más dependiente, menos poderoso y con menos privacidad. Por ello recomiendo pagar en efectivo o con criptomonedas que permiten transacciones privadas, como Monero. Las tarjetas no serían tan problemáticas si los pagos fueran anónimos y no pudieran ser bloqueados o restringidos por el banco.
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Banker, S., Dunfield, D., Huang, A. et al. Neural mechanisms of credit card spending. Sci Rep, 11, 4070 (2021). https://doi.org/10.1038/s41598-021-83488-3 ↩
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