Método 1: tomar prestado un móvil
Una forma sencilla de realizar una llamada anónima es tomar prestado un
móvil a una persona de la calle. Si pides el favor de forma amable, le
convences de que no llevas el móvil encima y de que es una emergencia,
lo más probable es que no tengas problema. Si tienes problema, otra
opción es ofrecer algo a cambio por el favor.
Las llamadas pueden ser grabadas por las operadoras de telefonía y
agencias de inteligencia, así que si necesitas un nivel alto de
privacidad, puedes distorsionar la voz. Si temes que la persona que te
ha dejado el teléfono le revele a alguien información relacionada con tu
identidad (rasgos faciales, estatura, etc.), puedes protegerte cambiando
tu apariencia, vestimenta habitual y estatura para la operación (usando
lentillas de colores, zapatos de plataforma o tacones, afeitándote o
dejándote
barba, cambiando el peinado, etc.). En casos en los que necesites más
privacidad aún, puedes encargarle a otra persona que realice la llamada
en tu lugar.
Método 2: conseguir una tarjeta SIM de forma anónima
En muchos países es necesario proporcionar tu información personal para
comprar una tarjeta SIM. Es posible evitar esta restricción comprándola
en el mercado negro. Otro forma es convenciendo a una persona que no te
conozca para que te compre una tarjeta a cambio de dinero.
Introduciendo la tarjeta en un móvil de teclas o que tenga un sistema
operativo seguro, podrás hacer llamadas que no estén asociadas a tu
identidad real. De nuevo, si necesitas una máxima privacidad, ten
extrema precaución: no olvides distorsionar la voz, realizar la llamada
desde un lugar que no suelas frecuentar, borrar la llamada del historial,
etc. Continúa leyendo Cómo hacer llamadas de teléfono anónimas