El software privativo no forma parte del conocimiento de la humanidad,
porque ni siquiera se puede estudiar: permanece secreto y restringido.
La cooperación con el software privativo también está restringida. No
puedes compartir sin incumplir la ley. Al no poder estudiar el código
fuente, no se pueden realizar modificaciones ni averiguar cómo funciona.
La compañía de software o el particular es quien tiene el poder; no el
usuario. En cualquier momento pueden dejar de desarrollar la tecnología,
deshacerse de ella, subirle el precio, utilizarla para espiarte... En
resumen, dejas de tener el control: estás en manos de la buena voluntad
de una empresa.
Si nos centramos en el aprendizaje de programación, por ejemplo,
observamos que con software privativo es prácticamente imposible. Los
programas privativos impiden la colaboración de los usuarios y
programadores en su diseño y desarrollo. Por lo tanto, no puedes hacer
siquiera una pequeña modificación a un programa. No se aprende a
programar realizando ejercicios simples y sin sentido, sino modificando
software y colaborando con proyectos reales.
Las empresas de software privativo tienen mucho interés en hacer llegar
sus productos a las escuelas para inculcar una dependencia hacia ellos,
por eso muchas veces los dejan gratis o a un precio muy reducido. No
hacen un favor a los alumnos, al contrario. Cuando a un alumno le
inculcan una dependencia hacia el software privativo, le están haciendo
débil frente a corporaciones cuyo único fin es aumentar sus beneficios a
cualquier precio. Los alumnos que quieran aplicar lo poco que han
aprendido tendrán que gastar mucho dinero para poder utilizar productos
a los que dichas empresas den soporte; aún así, nunca sabrán cómo
funcionan.
La conclusión que podemos alcanzar es que el software privativo es
completamente incompatible con la buena educación y con la libertad de
los alumnos.
También porque las escuelas deben enseñar el espíritu de
buena voluntad, el hábito de ayudar a los demás a tu alrededor,
cada clase debería tener esta regla: estudiantes, si traéis
software a la clase no podéis guardároslo para vosotros.
—Richard Stallman
Àngel Ros es el alcalde de Lleida. No tiene reparo en homenajear a
fascistas
ni en censurar a quienes le critican. Invierte mucho dinero en pagar a
periódicos para lavar su imagen después de sus pueriles fechorías.
La última víctima de este personaje ha sido la libertad de expresión. La
censura se ha hecho válida, gracias a la fiscalía, contra una canción de
crítica al alcalde. El escrito al juez pedía «medidas urgentes y
cautelares que eviten la difusión del vídeo por las redes sociales»
argumentando que «el contenido del vídeo atenta contra la persona del
alcalde, su honor y su familia, pudiendo además ser un delito de los ».
La fiscalía pide 1 año y 3 meses de prisión para Pablo Hasél y Ciniko
(nombres artísticos), que tendrán el juicio el 23 de noviembre de este
año.
Aquí podéis escuchar la canción satírica.
Uno de los raperos, Pablo Hasél, responde: «Dice sentirse amenazado por
una canción, es cuanto menos ridículo. En todo caso le molestan las
verdades incómodas que se dicen, sobre todo cuando cada vez más lo
tienen calado y saben cómo las gasta este cacique especulador. Nosotros
nos sentimos amenazados por sus políticas llevadas a los hechos, por eso
nos sentimos peor que amenazados, nos sentimos jodidos por la miseria y
precariedad que crean. Por ello tenemos rabia y por ello lo hemos
denunciado. No son amenazas de muerte, es decir lo que creemos que
merece y si ni siquiera se puede desear algo a alguien, es que en este
Estado no hay libertad ni para sentir». Las rimas más agresivas son las
que desean la muerte al edil, como «Te mereces un tiro» o «se merece un
navajazo en el abdomen».
«El alcalde Àngel Ros me ha denunciado por una canción. La canción se
titula Menti-Ros y está sacada con el grupo Prozaks en clave medio
cómica denunciando sus prácticas mafiosas en el ayuntamiento y sus
políticas contra la justicia social. La canción es junto a un compañero
y la cruzada del alcalde contra mí es tal, que hasta me ha denunciado
por frases suyas. Pero que no se equivoque, yo también defiendo la
libertad de expresión de mi compañero y no escurriré el bulto por esas
frases. No le basta con prohibirme conciertos como hizo recientemente en
las fiestas mayores obligando a quienes me habían contratado a no
dejarme subir al escenario, ahora la inquisición llega al punto de
exigir que borre una canción. Tampoco le basta con mandar a sus Mossos
D’Esquadra a detenerme en medio de un restaurante por defenderme de la
agresión de unos nazis».
El alcalde de Lleida dice tener miedo, a pesar de ir siempre acompañado
de escoltas, y se siente una víctima, tanto que ha pedido también una
orden de alejamiento. Una persona que utiliza la vida pública para
hacerse rico debería ser capaz de asumir alguna crítica. A mí me parece
deplorable denunciar a unos raperos por componer una canción y al mismo
tiempo alabar a reyes corruptos. A miles de familias han dañado sus
políticas, muchas de ellas desean que este personaje muera (quizá con
razón o quizá no). ¿Pero puedes decirlo si el Estado español te condena
por ello? Yo opino que hay que denunciar todo ataque contra la libertad
de expresión y Pablo Hasél también: «No ha topado con un joven sumiso,
ha topado con un joven dispuesto a denunciarlo y a defender la libertad
de expresión. Ceder ante su inquisición sería renunciar a nuestro
derecho a decir lo que pensamos y a tener rabia ante las injusticias de
las que se lucra».
Es necesario denunciar estos hechos porque el siguiente censurado puede
ser cualquiera. Por favor, protestad contra este alcalde compartiendo
este artículo y luchando en las calles. Enviad también una crítica o
pedidle al alcalde la retirada de la denuncia a través de su dirección
de contacto: http://alcalde.paeria.cat/es/contacta.aspx. Asimismo,
protestad en contra del uso del software privativo (Flash) en el sitio
web del ayuntamiento de Lleida (un portal que solo debería utilizar
software libre al ser público).
A continuación, dejo varias de las fuentes de información utilizadas:
Los reguladores europeos están a punto de decidir si darle a las grandes
corporaciones de telecomunicaciones el poder de decidir sobre lo que
podemos y no podemos hacer en Internet.
La neutralidad de la Red está en peligro. La discriminación de datos en
base a su origen, destino o tipo de dato supondría un peligro para la
libertad de expresión, para la libre competencia entre empresas y para
muchas otras libertades.
Por estas razones, se ha puesto en marcha una campaña para salvar el
Internet: https://www.savetheinternet.eu/es/. En dicha página, que ya
ha sido traducida a varios idiomas, se explican los peligros de las
regulaciones que se quieren aprobar y cómo ayudar a pararlas. Todavía
nos quedan 19 días para tomar acción y salvar nuestra libertad.