Acabemos con el colonialismo digital

Estamos colonizados. Los gigantes tecnológicos controlan el mundo digital con la complicidad de Estados Unidos. La mayoría de ordenadores (los que usan procesadores AMD o Intel) pueden ser espiados y controlados remotamente gracias a una puerta trasera universal¹, con el respaldo legal de la ley USA PATRIOT Act². También somos espiados mediante teléfonos móviles³, cámaras de vigilancia, mediante el sistema bancario, etc.

Somos el enemigo

WikiLeaks⁴ y Edward Snowden⁵ mostraron al mundo el espionaje y otras atrocidades cometidas, sobre todo publicando archivos confidenciales. El creador de WikiLeaks se encuentra en prisión por informar de la situación y Snowden está exiliado en Rusia. Pero no hace falta cometer un crimen para ser encarcelado o perseguido, como sabe bien el programador de software libre y defensor de la privacidad Ola Bini⁶.

Si estás leyendo este artículo, probablemente la Agencia de Seguridad Nacional (de EE. UU.) te considera un extremista, como le sucedió a los lectores de Linux Journal⁷. Afortunadamente a día de hoy hay más extremistas de GNU/Linux y de la privacidad. Las empresas como Microsoft decían que GNU/Linux era un cáncer⁸; ahora «aman Linux»⁹. El software libre y la privacidad han ganado popularidad y adeptos, pero la mayoría de los problemas antes mencionados siguen presentes.

Descolonización

Aunque la mayoría de las personas vive colonizada por tecnologías privativas y que espían, existen alternativas libres que nos permiten tener más privacidad y control, existen proyectos de hardware libre y de software libre que nos brindan las libertades que las grandes tecnológicas y gobiernos nos niegan. Esas tecnologías deben ser apoyadas y adoptadas, pero para ello hace falta visibilizar el problema y convencer a la población de sus ventajas.

Si queremos lograr más privacidad y libertad también debemos acabar con empresas como Google, Meta, Apple y Microsoft, que solo defienden la privacidad y el software libre de boquilla. Para ello debemos reemplazar sus programas espías y privativos por alternativas libres y descentralizadas. Debemos apoyar también proyectos de hardware libre.

Sin embargo, el sistema está contra nosotros. En la mayoría de países se usa el dinero obtenido mediante impuestos para pagar licencias de programas espías y crear un sistema de vigilancia digital. Una forma de luchar contra eso es pagar los menos impuestos posibles —pagando en efectivo y usando criptomonedas anónimas como Monero¹⁰, por ejemplo— y denunciar la situación.

El Imperio romano no cayó en dos días. Tampoco lo hará el imperio digital de Estados Unidos ni el de China. Está en nuestras manos crear y fomentar opciones liberadoras.